Como bien dice allmusic.com acerca del proyecto de este hippie barbudo y pelucón oriundo de Kansas: "¿A qué suena White flight? A qué no suena!". Contagiado por el espíritu de Beck, los Flaming lips y un poco del de Devendra, Justin Roelofs es como un maniaco con metraca que dispara para todos lados a discreción pero no falla un solo tiro, y lo mejor de todo es que lo hace después de una buena dósis de LSD. Traduciendo: música altamente lisérgica, con mucho de hip hop, arreglos electrónicos y algo de freak folk. El tipo de música que no estabas esperando.
2 comentarios:
hey, gracias por tus post! muy buenos blogs, los sigo de cerca, ambos! :)
qué bueno está esto!
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